Si estás pensando en empezar tu propio negocio, debes saber que administrar una empresa no es una tarea sencilla, pero las recompensas realmente valen el esfuerzo. Siempre es útil tener algunas nociones básicas que faciliten su manejo. En ese sentido, podría serte útil contar con preparación en alguna carrera como Gestión Comercial o Administración.
Sin embargo, ya sea que poseas conocimientos previos o no, podemos ayudarte. En el siguiente artículo te mostraremos cómo administrar un negocio.
1.- Plantea los objetivos de crecimiento
Una empresa que tiene un set de objetivos claros posee mayores posibilidades de alcanzar el éxito. Las metas que te propongas te darán la dirección necesaria y permitirán evaluar tu propio desempeño y el de tus colaboradores. Asimismo, es importante establecer objetivos realistas y asignar plazos específicos dentro de los cuales debes alcanzarlos.
Objetivos de corto plazo
Para una empresa nueva, los objetivos de corto plazo pueden alcanzarse en un periodo de uno o dos meses. Por lo general, estos se relacionan a obtener un mínimo de ventas y la generación de efectivo. Aquello puede ayudarte a mejorar tu margen de ganancia e incluso empezar a obtener cierto nivel de rentabilidad si es que tu negocio tiene un buen inicio.
Objetivos de medio plazo
Estas son las metas que puedes plantearte alcanzar en un periodo de seis meses a un año. Por lo general, aquí se incluyen los objetivos relacionados a los ingresos y las ganancias netas. De igual forma, en este punto se intenta modernizar el equipo o maquinaria con el que se trabaja, así como una mejora en el entrenamiento de los colaboradores.
Uno de los objetivos es evitar que los problemas de corto plazo que la empresa haya tenido vuelvan a ocurrir. De esta forma se busca optimizar el desempeño del negocio en cada uno de sus aspectos.
Objetivos de largo plazo
El marco de tiempo para los objetivos de largo plazo es usualmente de dos a tres años, dependiendo del crecimiento de la empresa. Aquí, las metas generalmente están relacionadas a alcanzar por completo la rentabilidad o, por lo menos, el punto de equilibrio. Algunos negocios pueden buscar una gran expansión a largo plazo, lo cual es bastante riesgoso, pero puede brindar grandes recompensas.
2.- Administra tus finanzas
A fin de gestionar un negocio correctamente tendrás que mantener un buen control de su economía. El proceso requiere que, como propietario, separes ciertas áreas y te enfoques en las más importantes. Entonces, ¿cómo administrar las finanzas de una empresa? Bien, muchas veces es recomendable poseer ciertos conocimientos en administración o gestión. Sin embargo, también puedes hacer mucho por tu empresa siguiendo los siguientes pasos:
Conserva el orden
Mantener unas finanzas ordenadas es clave para el manejo de tu negocio. Sabemos bien que la vida de todo empresario es muy agitada, por lo que tareas importantes como registrar transacciones o enviar facturas pueden olvidarse si confías sólo en tu memoria. Por esto, es recomendable que programes en tu calendario un tiempo especial que dedicarás a la gestión de tus finanzas y las tareas de contabilidad.
Mantente al tanto de tus responsabilidades
Como el dueño de tu negocio, el peso de las responsabilidades financieras recae sobre tus hombros. Aquello significa que debes mantenerte al tanto de algunos aspectos de la empresa que no son tan emocionantes. Por ejemplo, es necesario que te hagas cargo de muchas de las tareas diarias como registrar transacciones, monitorear pagos y hacer el presupuesto
Otras tareas en una escala mensual implican mantener registro de los gastos, declarar impuestos y reembolsar préstamos. Si bien estas tareas no son muy atractivas, la salud financiera de tu empresa depende de que te mantengas al tanto de cada una de ellas.
No dejes de aprender
Todo empresario experimentado te dirá que una de las claves para manejar bien una empresa es la educación continua. Si ya has terminado tu carrera, puedes optar por estudiar un diploma en Gestión Comercial o Marketing Estratégico y así enriquecer tus perspectivas como administrador de tu propio negocio.
3.- Analiza el crecimiento
Puede parecer que el crecimiento rápido siempre es positivo para una pequeña empresa. Sin embargo, necesitas asegurarte de que la progresión se deba a los factores correctos. Es normal que un negocio bien gestionado se desarrolle rápido, pero es importante saber por qué aumenta de esta forma. Aquí te mostramos algunos factores a considerar:
El pago de los préstamos
Por lo general, toda empresa pequeña necesita de préstamos durante una etapa de expansión, pero cumplir con sus respectivos pagos puede consumir tus ingresos rápidamente. De igual forma, muchas veces los negocios en esta fase tienen dificultades gestionando sus cuentas por cobrar a pesar de su incremento en ventas.
Incapacidad de gestionar los procesos
Una rápida expansión puede hacer que los administradores tengan problemas con la creación de nuevos procesos que cubran el incremento en la carga de trabajo. Una pequeña empresa no cuenta con muchas personas encargadas de su gestión, lo cual solo aumenta la posibilidad de riesgo. Recuerda que el tiempo de crecimiento es también el momento ideal para contratar y retener personal calificado.
Gastos generales crecientes
Un desarrollo acelerado generalmente es seguido de un incremento en los costos operativos, lo cual puede impactar el margen de ganancia. Un aumento en los gastos generales también puede afectar el pago de las planillas y afectar así el desempeño y productividad.
Sobre dependencia de socios
Todo negocio necesita cierto número de socios estratégicos al momento de expandirse como, por ejemplo, los proveedores. Sin embargo, si ocurren inconvenientes con alguno de ellos, las empresas pequeñas pueden verse seriamente afectadas. Entonces, ¿cómo administrar bien una empresa y evitar estos problemas? Es recomendable que diversifiques tus líneas de productos, mercados y canales de distribución.
Genial, ahora tienes una mejor noción de cómo manejar tu propio negocio. Puedes estar seguro de que estos pasos te ayudarán a que tu empresa tenga un gran inicio.
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